Hemorroides

¿Qué son las hemorroides?

Es importante tener en cuenta que todas las personas tienen tejido hemorroidal como parte de su anatomía normal. Solo en una minoría de personas las hemorroides se agrandan o se vuelven sintomáticas. El tejido hemorroidal se encuentra dentro del canal anal y el área perianal y consiste en vasos sanguíneos, tejido conectivo y una pequeña cantidad de músculo.

Hay dos tipos principales de hemorroides: internas y externas. Las hemorroides internas están cubiertas con un revestimiento llamado mucosa que no es sensible al tacto, dolor, estiramiento o temperatura, mientras que las hemorroides externas están cubiertas por una piel muy sensible. Cuando se desarrollan problemas, estos dos tipos de hemorroides pueden tener síntomas y tratamientos muy diferentes.

Algunas de las muchas afecciones o comportamientos que pueden provocar estrés y engrosar los vasos sanguíneos de las hemorroides y causar síntomas incluyen:

1) Obesidad.

2) Heces duras estreñidas (que requieren esfuerzo repetido durante las deposiciones).

3) A veces la frecuencia de diarrea.

4) Permanecer sentado demasiado tiempo en el inodoro leyendo su teléfono o periódico (incluso sin esforzarse).

5) Embarazo.

6) Trabajos o actividades que requieren levantar objetos pesados ​​con frecuencia.

 

Síntomas hemorroidales

La mayoría de los pacientes con síntomas anales se quejan de sus hemorroides, pero es necesario un historial cuidadoso y un examen por parte de un médico experimentado para hacer un diagnóstico correcto.

  • Hemorroides internas:

El sangrado rectal indoloro o el prolapso del tejido anal a menudo se asocia con hemorroides internas sintomáticas. El prolapso es el tejido hemorroidal que viene del interior y que a menudo se puede sentir en el exterior del ano cuando se limpia o defeca. Este tejido a menudo regresa al interior espontáneamente o el paciente puede empujarlo internamente. Los síntomas tienden a progresar lentamente durante mucho tiempo y, a menudo, son intermitentes. Las hemorroides internas se clasifican por su grado de prolapso, lo que ayuda a determinar el tratamiento. El sangrado atribuido a las hemorroides internas generalmente es de color rojo brillante y puede ser bastante rápido. Se puede encontrar en la toallita, goteando en la taza del inodoro o en la ropa interior. En otros pacientes, el prolapso puede ser el síntoma principal o único. El prolapso de tejido hemorroidal puede causar irritación significativa y picazón alrededor del ano. Los pacientes también pueden quejarse de secreción de moco, dificultad para limpiarse después de una evacuación intestinal o la sensación de que sus heces están «atascadas» en el ano con evacuación intestinal.

  • Hemorroides Externas:

Las hemorroides externas sintomáticas a menudo se presentan como un bulto doloroso de color azulado justo afuera del ano y tienden a ocurrir espontáneamente y pueden haber sido precedidas por una cantidad inusual de esfuerzo. Si se desarrolla un coágulo de sangre o trombosis en esta área, la presión aumenta rápidamente en estos tejidos, lo que a menudo causa dolor. El dolor suele ser constante y puede ser intenso. Los pacientes también pueden quejarse de hinchazón intermitente, presión y molestias, relacionadas con hemorroides externas que no están trombosadas.

 

¿En qué consiste un examen hemorroidal?

Después de obtener un historial cuidadoso con respecto a sus síntomas y su historial médico personal y familiar, se deberá realizar un examen en la consulta. Esto generalmente consiste en una inspección cuidadosa del exterior del ano, la realización de un tacto rectal y la colocación de un instrumento del tamaño de un dedo a través del ano para permitir la inspección visual del tejido hemorroidal (anuscopia).

 

¿Cómo se tratan las hemorroides sintomáticas?

Dependiendo del grado de afectación hemorroidal, se pueden plantear varias estrategias terapéuticas.

La piedra angular de la terapia, independientemente de si la cirugía es necesaria o no, es el cambio en la dieta y el estilo de vida. Los principales cambios consisten en aumentar su fibra dietética, tomar un suplemento de fibra, tomar muchos líquidos por vía oral y hacer ejercicio. Todo esto está diseñado para regular y suavizar las deposiciones. El objetivo es evitar las heces muy duras y la diarrea, al tiempo que se logra un tipo de heces suave, voluminoso y fácil de limpiar. Este tipo de heces parece ser el mejor para prevenir problemas anales de casi todo tipo. También es importante el consumo adecuado de líquidos (preferiblemente agua), a menudo considerado de 1.5 o 2 litros de ingesta.

Si la sintomatología no responde a estos cambios, o si sus síntomas son lo suficientemente graves desde el principio, hay una serie de procedimientos quirúrgicos disponibles para aliviar sus síntomas. Entre ellos, se puede realizar ligadura de dichos prolapsos o una hemorroidectomía. Actualmente existen técnicas como el láser que disminuye la agresión quirúrgica aliviando el dolor post-operatorio.  Las complicaciones son muy poco frecuentes, pero pueden incluir sangrado, dolor e infección, entre otros.

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