Absceso y Fistula Anal

¿Qué es un absceso anal?

Un absceso anal es una cavidad infectada llena de pus que se encuentra cerca del ano o el recto y su gravedad dependerá del sitio donde se localice.

¿Qué es una fístula anal?

Una fístula anal es casi siempre el resultado de un absceso previo. Justo dentro del ano hay pequeñas glándulas. Cuando estas glándulas se obstruyen, se pueden infectar y se puede desarrollar un absceso. Una fístula es un pequeño túnel que se forma debajo de la piel y conecta una glándula anal previamente infectada con la piel en las nalgas fuera del ano.

¿Qué causa un absceso?

Un absceso es el resultado de una infección aguda de dichas glándulas. Ciertas afecciones, por ejemplo, colitis u otra inflamación del intestino, a veces pueden hacer que estas infecciones sean más probables.

¿Qué causa una fístula?

Después de que se ha drenado un absceso, puede persistir una comunicación que conecta la glándula anal de la cual surgió el absceso con la piel. Si esto ocurre, el drenaje persistente desde la abertura exterior puede indicar la persistencia de este túnel.

¿Cuáles son los síntomas de un absceso o una fístula?

Un absceso generalmente se asocia con síntomas de dolor e hinchazón alrededor del ano. Las personas también pueden experimentar fatiga, fiebre y escalofríos. Los síntomas relacionados con la fístula incluyen irritación de la piel alrededor del ano, drenaje de pus (que a menudo alivia el dolor), fiebre y malestar general.

¿Un absceso siempre se convierte en una fístula?

No. Se desarrolla una fístula en aproximadamente el 50% de todos los casos de absceso, y realmente no hay forma de predecir si esto ocurrirá.

¿Cómo se trata un absceso?

Un absceso se trata haciendo una incisión en la piel cerca del ano para drenar el pus de la cavidad infectada y así aliviar la presión. La hospitalización también puede ser necesaria para pacientes propensos a infecciones más graves, como los diabéticos o las personas con inmunidad comprometida.

¿Qué pasa con el tratamiento de una fístula?

La cirugía es necesaria para curar una fístula anal. Aunque la cirugía de fístula suele ser relativamente sencilla, existe la posibilidad de complicaciones. No obstante, existen fístulas cuyo tratamiento es complejo y escalonado (a veces se pueden necesitar dos o más abordajes en quirófano). En ciertos casos hay que colocar un setón que es un tutor que transcurre a través la fístula para poder madurar el tracto principal y tratar trayectos secundarios.

La cirugía de fístula generalmente implica abrir el túnel de la fístula. A menudo, esto requerirá cortar una pequeña porción del esfínter anal, el músculo que ayuda a controlar las deposiciones. Por lo tanto, es importante evaluar mediante ecografía el grado de afectación esfinteriana para poder dirigir el tratamiento y seleccionar la técnica adecuada para evitar problemas de incontinencia en el futuro.

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